De casa hasta casi Khasa (y vuelta)

ducha caliente en tatopani
mantras tibetanos
Ese puente estaba dividido a la mitad por la linea roja imposible d cruzar.. asi que nos subimos a la montanya a mirar desde arriba! eso es China!
Tatopani
Con Bal Krishna tras el banyito caliente! :)

El plan improvisado pintaba muy bien: bus hasta Tatopani para darnos un bañito en aguas termales, y subir a Khasa, primera ciudad en la frontera china, donde hay un mercado enorme para llenarse los bolsillos de productos de (buenísima…) calidad china a un estupendo precio.

Pues oye, nos vamos no?

Nos levantamos a las 3 de la mañana. Eso que dicen de “aún no estaban puestas las calles”, pues es que a las tres no las habían ni quitado!!

Fuimos con Bal Krishna y coleguitas suyos, paramos en un pueblito lindo (Dolalghat) para tomar un ciya madrugón y seguimos la carretera paralelos al río Bhotekoshi. Muy bonito!! Agüita turquesa, corriente, y mucho verde. La jungla muy cerca de casa! La historia es que el acantilado era enorme, íbamos pegaítos al precipicio, por un lado, y al otro la empinada pared llenita de piedras enormes y picudas, que en cualquier momento iban a caérsenos encima. Muchas de ellas ya se habían caído y claro, la carretera parecía un videojuego, sorteando obstáculos y los que no se podían, pues bote pa’arriba y pa’abajo y el bus se ladeaba que daba gusto.. qué acojone!!!

Por fin llegamos a Tatopani (literalmente, “agua caliente”) y fuimos a los baños. Diez rupias costaba la entrada, e incluía una duchita en agua a unos cuarenta y pico grados (calculamos). Los hombres y mujeres estaban separados, y lo mejor, el vestuario, allí al aire libre. El hecho de llevar bikini, en lugar de los vestidos y pañuelos enrollados como el resto de las nepalíes, hizo que de nuevo todas las miradas recayeran sobre nosotras… y algún aprovechado haciendo fotos con el móvil…

Pero oye, la ducha un gustazo, las mujeres estuvieron un ratito pero aquí las mendas aprovechando el chorretón de agua que no habíamos visto en un mes, hasta el último minuto y rascándonos con piedra hasta quedarnos coloraítas cual cangrejos.

Luego fuimos hasta Khasa, Bueno, casi. Nos había dicho el vecino que no había ningún problema para nosotras y que con el passport podríamos cruzar la frontera. Pues no… no visa, no entry… pudimos llegar sólo hasta la línea roja donde un amable chino uniformado nos decía NO. Tampoco se podían hacer fotos así que tenemos una foto mental estupenda del lugar. Se notaba la diferencia entre el lado chino y el nepalí, aquél con edificios altos y cuadrados, mucho más cuidado que nuestro lado!

Bal Krishna y compañía fueron al market y nosotras nos quedamos en Nepal. Subimos la montaña para ver un pueblito y unos templos desde las alturas, anduvimos hasta una cascada donde correteaban monillos de cola larga, y comimos noodles tibetanos.

Bal Krishna me trajo del otro lado un “ipod” (con la manzanita y todo) por 800 rupees que espero me dure más de una semana.

Luego nos volvimos a Panauti y en el camino paramos en un puente donde se hace bungy jumping, 165 metros de altura!! Olé qué acojone!

Así que nuestro sueño chino se quedó frustrado por una línea roja… (y nos cagamos un poco en nuestro vecino); pero el traqueteo del bus y las diez horitas de viaje merecieron la pena con el paisaje bonico que vimos!